jueves, 7 de febrero de 2013

Gracias. Gracias. Gracias.

Los últimos días fueron días nuevamente de que se le interne a mi viejito bello. Salió el martes de la diálisis en silla de ruedas y con mucho dolor de brazo (del lado izquierdo). La enfermera me recomendó que le vigilara la presión porque le habia subido a 16/10. No lo sentí bien, así que lo lleve al sanatorio. Lo primero que me dijeron es que podría ser un ACV asi que lo internaron de urgencia y de vuelta estudios, más estudios.
No pasó bien la primera noche, nada le calmaba.
En un momento de mucho dolor en el, me llamó por mi nombre y me dijo:-me duele, me duele mucho. Su mirada era de un tormento atroz. Le pregunté si que podía hacer por él, me respondió: -abrazame. Lo abracé fuerte, sentido y le canté el mantra de Guru Ram Das como una canción de cuna, suave, de alma a alma. De a poco, se relajó y entro en brazos de Morfeo.
Fue la segunda vez que vi llorar a mi padre. La primera vez de pura dicha y felicidad porque mi hermano se casaba, y esta vez de puro dolor. Quizás los padres estén acostumbrados a ver a sus hijos de esta manera, los hijos no.
Los hijos no estamos acostumbrados a ver en una situación de extrema vulnerabilidad a nuestros padres. Me agrada que mi padre pueda expresar sus sentimientos de esta manera. No todas las personas de su edad lo pueden hacer...
Dos días después, los médicos aún no entienden que le pasó a mi papá. No fue una trombosis como consecuencia de la fistula que ya no funciona. Tampoco pueden decir que fue un ACV porque la tomografia refleja que no hay ningún indicio para afirmar esto. Lo cierto es que estuvo inmovilizado del lado izquierdo, con dolor fuerte en el pecho, en el hombro, en la nuca...
Estos dos días, fueron días de escuchar el mantra Ra Ma Da Sa en su sala de internación, de tomar Flores de Bach para ACV y de que unos amigos bellos mediten por mi papá con este mantra.
Hoy, ahora es momento de agradecer por tanto amor recibido, por fluir y permanecer en el centro, por tanto, por todo.